Me presente a la “La clínica del dolor” y cuál fue mi sorpresa que me atendieron casi de inmediato. Puufffff! Ahora estoy más tranquila pero confieso que si hubiera escrito hace unas horas hubiera estado escribiendo a llanto vivo.
El médico que me reviso no me dio ni una sola esperanza me dijo que no había nada que hacer más que tomar permanentemente medicación para el dolor y prácticamente me dijo que abandonara parte de mis actividades deportivas. Me trato sencillamente como que si fuese una enferma terminal, eso me dolió mucho y más aun cuando me mando turno con un psicólogo para que me ayude a aceptar la situación.
La última instancia para ambos médicos es operar y sin embargo no les gusta la idea porque en estos casos a veces se queda peor.
Yo no pude resistir la idea de que no exista algo que pueda arreglar mi brazo. Y con toda sinceridad me niego a aceptarlo, el martes tendré una cita con un ortopedista que conozco y me ha tratado otras veces para que me dé su opinión.
No puedo aceptar que todo mi esquema de vida deba cambiar radicalmente, y de antemano ese psicólogo tendrá mucho trabajo porque yo no pienso aceptar nada de lo que me diga. Me niego a aceptar así como así, que ya mi brazo no tiene arreglo, por lo menos no sin antes buscar hasta la última alternativa. Y luchar con todo lo que tengo para encontrar una solución, yo soy de las que se mueren con las botas puestas.
Hace un rato estaba impactada, ahora tengo rabia con el médico que me trato como enferma terminal, si creyó que yo me iba a poner a llorar frente a él se equivoco. La rabia me hace reaccionar con más fuerza.
Solo escribí esto para contarles lo que me sucede, que aunque no es de la tiroides si tiene relación indirectamente, pues se agrava por la debilidad muscular producto de la TSH suprimida. De mi parte a partir de este momento asistiré a las terapias y a las citas y me tomare la medicación pero lo bloqueo en mi mente, porque no lo pienso aceptar.
Lo siento estoy en la etapa de mucho coraje ya no quiero hablar mas de este asunto
